
Hoy tuve la primera sesión con la siquiatra. No era la primera vez que iba a un siquiatra, pero si era mi primera vez con ella. Hablamos de lo de siempre y el diagnostico fue el mismo de siempre: Trastorno obsesivo compulsivo. Esta vez me recetó medicamentos nuevos y me hizo prometer que no dejaría el tratamiento de lado, como tantas veces ocurrió antes y se lo prometí. Supongo que esta vez el problema ha sido más incómodo que nunca y por ende, he sentido mayores deseos de superarlo. Cuando el jueves me anunciaron que había conseguido hora para siquiatra, me puse muy feliz y olvidé ese dolor de pecho que no me abandona ni de día ni de noche, y sentí como si me hubieran anunciado que me había ganado la lotería, pero mas allá de eso, sentí que la posibilidad de volver a ser feliz no estaba tan lejos.
Por el momento solo las películas me rescatan, casi es un anhelo el que llegue pronto la noche, todos se duerman y tenga cientos de títulos para escoger. A veces ver dos o tres al hilo me desintoxican completamente y llego a sentir que la vida puede llegar a ser mejor. Lastima que a veces los ojos deben enfocarse en otras cosas y las películas deben apagarse. Hoy es viernes y veré dos, tomaré el remedio, pensaré en mis odios y probablemente duerma mal, como siempre.
La doctora me aseguró que en un mes se comenzarán a ver los resultados...Rezaré para que pasen pronto los días... ¿Pero que puedo hacer por mientras?
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