domingo, 5 de agosto de 2012

La canción.


Cuando yo era cada día menos adolescente, y un poquito más adulta, me gustaba un hombre semi viejo que también gustaba de mi. La historia era completamente un amor imposible (pero ya ni me acuerdo de las razones, porque fue hace como 9 años), y por ello nuestras citas se resumían siempre en lo mismo: ir al cerro San Cristobal, escuchar música con audifonos, mirar Santiago y maldecir nuestras vidas. Un día yo, dándome cuenta que estaba a punto de sufrir por amor, le dije que no nos viéramos más, y él, dándose cuenta de lo mismo, aceptó. Y me acuerdo que tomé la 390 (hermosa micro amarilla que me dejaba al lado de la casa) y justo comenzó a sonar en la radio esta canción. Y ahí me di cuenta de dos cosas:

-Que el soundtrack de Pulp Fiction era uno de los mejores de la historia.
-Y que hasta ese momento de mi vida, haber mirado Santiago desde las alturas del cerro, maldiciendo juntos nuestra mala suerte, había sido la primera escena cinematográfica de mi vida.

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