
Como lo comenté en un post anterior, siempre he sido una fanática de las listas. En la adolescencia me pasé escribiendo listas de todo y de todos, e inevitablemente es una pasión que regularmente vuelve a mi.
Hoy, mientras venía en el metro, traté de buscarle el lado bueno a mi trabajo. También pensé en todo lo malo, porque la enumeración de las cosas buenas terminó casi en segundos y mi viaje en metro es largo y me encontré con muchas cosas que me gustaría contarles.
Lo bueno:
-Puedo venir vestida como sea y nadie reclama ni dice nada. Por ejemplo, hoy vine con polera rayada marinera, jeans destroyed y alpargatas Iberia (¡si! las clásicas de los 80s). También vi que un par de chicos andaban de hawayanas.
-La cocina cuenta con una alacena llena de cafés y tés ricos, y lo mejor, en grandes cantidades. Entonces todos los días paso a comprarme unas galletas de avena y las disfruto junto a un café con vainilla o un tecito verde con sucralosa con sabor a canela. Además hay jarrones en todos los tamaños y colores y son tantos que jamás te quedas sin el tuyo. Yo ya le tengo cariño a uno, es blanco con dibujitos de navidad y es muy grande, así que me evita tener que pararme seguido a prepararme algo.
-De lunes a jueves, tengo tanto tiempo libre, que puedo leer blogs, novelas en pdf, escribir, ver vídeos, copuchar en Internet y nadie me reta. Cabe acotar que mi sabiduría en cuanto a moda, cocina y películas raras, ha mejorado notablemente.
-La hora de almuerzo es tan larga, que me da tiempo de almorzar y salir a pasear a Providencia. Por lo general voy a Los Leones, me compro alguna pilcha, vitrineo en las librerias y vuelvo tranquilamente.
-Ganar dinero.
Sí, tan frívolo como eso. ¿Pero para qué vamos a hacernos los locos? Con dinero la vida se disfruta mejor. No digo que el dinero haga la felicidad, porque sería absurdo. Pero si creo, que el dinero te ayuda a explorar todas esas cosas maravillosas que existen, pero que lamentablemente no pertenecen a la categoría: Gratis.
Lo que nunca hay que olvidar si, es ahorrar. No planeo trabajar mucho tiempo, entonces vivir un par de meses a base de ahorros será una obligación.
-Se sale puntualmente a la hora. Nadie se queda hora extras ni nadie te mira raro si te vas corriendo apenas el reloj marca las 19:00 Hrs (a diferencia de otras agencias, donde salir a las 21:00 Hrs. era un milagro).
-Todos saludan cuando llegan, todos saludan cuando se van. Eso me hace sentir que todos somos importantes.
-Es una agencia pequeñita, ideal para personas como yo, que sufren de un leve grado de fobia social.
De cara los ubico a todos y con casi todos he conversado.
No hay nadie que me caiga mal, han sido súper amables todos.
-El trabajar impide que pase cocinando todo el día y que me escape a comprar al almacén de enfrente de mi casa. Por obligación he tenido que amoldarme a comer ensaladitas varias y comida saludable y por mas que quiera comerme un barquillo, no puedo hacerlo.
-El estar rodeada de personas no me permite tener tiempo de tener depresión, es decir, adiós San Ravotril.
Lo malo:
-La jornada laboral termina tan tarde, que cuando ya estoy fuera de la agencia, esta a poco rato de oscurecer y es imposible ir a pasear a los parques, tomar fotos y vitrinear en San Diego.
De juntarme a cocinar con mi pololo y ver películas toda la tarde, ni hablar.
-Paso tanto rato desocupada, que a veces veo que carece de sentido levantarme tan temprano y salir de mi hogar. Muchas veces he salido súper angustiada de la oficina y he lloriqueado un poco por las calles, ya que mis ganas de escribir y trabajar con marcas divertidas están completamente frenadas. Pero aunque escribiera todo el día sobre cosas fomes, por ultimo eso ayudaría a que el día avanzara más rápido. Pero no. Termino súper temprano de trabajar y hay casi 4 horas del día en que no hago nada.
-Trabajo muy lejos de mi casa, entonces por mas que llegue al metro y haya sol, jamás salgo de este y queda luz natural.
Se que le doy mucho énfasis al sol y todo eso, pero es que soy una fanática de hacer los panoramas con luz de día y dejar la noche para maratones de películas y comida o carretes. Eso de pasear me gusta con shorts, lentes y mucho calorcito tocándome los hombros.
-El aire acondicionado me hace muy mal. Soy una eterna partidaria del abanico.
-Si me contratan, no tendré vacaciones en 1 año.
Antes no sabía que era mejor: ser una cesante con el dinero justo o una trabajadora adinerada. Escojo mil veces cesante con dinero justo. Todo sea por una vida bajo el sol.
Hola!
ResponderEliminarno se como he llegado a tu blog.. fueron muchos clicks, aca por alla y bueno estoy aqui xP
Me ha encantado! es tan personal, ademas q escribes muy bien.
Te comprendo completamente respecto a la valoración q le das al sol. Tambien hace un tiempo llegue a esa conclusion por un trabajo.
te leo
Ada