viernes, 17 de mayo de 2013

La vida con Jo

Hace mucho tiempo tenía ganas de escribir este post, y en realidad tengo muy presente el día que me decidí a hacerlo.
Siempre he creído que  en cada semestre de nuestros años existe un día perfecto (sí, así como el clásico de Lou Reed) y que fue depositado en tu vida para hacerla cambiar en 360º. Con la Jo tuvimos un día así y desde ese día ella comenzó a pedirme que escribiera sobre nuestra amistad y yo deseé con todas mis fuerzas poder hacerlo, pero la flojera y el bloqueo creativo me estancaron y obligaron a esperar muchísimos meses para intentarlo.

Con la Jo nos conocimos en el colegio. Ambas estudiamos en las monjas por 12 años. Nos llevabamos muy bien y nos sentabamos cerca, pero en los recreos no estabamos siempre juntas. Muchas veces salimos de fiesta y muchas veces nos dimos consejos, pero al salir de 4to medio fue cuando por fin se formó la real amistad.

No recuerdo bien como comenzamos a juntarnos, pero tengo claro que desde que ocurrió no pudimos separarnos más. Las razones son simples: no existen personas en el mundo más parecidas que yo y la Jo. Ambas amamos las monjas, los lugares deshabitados, los misterios del mundo, las ciudades desiertas, viajar, los amores enloquecedores, 1984 y el cine. Si bien ella es notoramiente más fuerte que yo, las dos padecemos hasta los mismos trastornos psicologicos, y no digo que estemos locas, pero tan cuerdas no estamos, y eso nos hace unirnos aún más.

Muchas veces he padecido miedos absurdos y luego se los cuento a ella, y la Jo me dice que la noche anterior no pudo dormir del miedo por la misma cosa.
Ambas consideramos que "Johnny cogió su fusil" es la película más aterradora de la historia y siempre, pero siempre, la recordamos en nuestras juntas.
Un día vi una película llamada "Harold and Maude" y se la recomendé. La vida de la Jo cambió por completo.

Nunca nos hemos enojado de verdad, y cuando ha ocurrido, sufrimos enormemente. Nos admiramos mutuamente, nos apoyamos siempre y la felicidad de la otra siempre se convierte en felicidad propia, así como su dolor es mi dolor y mi dolor siempre le causa lagrimas.

Hemos estado tardes enteras caminando y cuando llega el momento de separarnos siempre duele. El espacio que formamos cuando estamos juntas es similar a pasar de la vida real a estar unas horas dentro de una película, y cuando yo me bajo del metro o nos despedimos en el paradero de la micro, siempre la vida se pone distinta.

Siempre hemos estado cerca en los momentos más horribles de la vida, y también en los más buenos. Cada junta significa reirse mil horas de cosas que nadie entiende y siempre terminar las frases con: Todo va cambiar el día que partamos juntas a un convento y seamos unas hermosas monjas.


Echarnos en la cama de mi mamá, con bandejas llenas de comida e infinita conversación, convierte una noche de sábado en la mejor noche de la Tierra. Es en esas instancias donde hemos resuelto enormes problemas existenciales (y amorosos también) y se nos han ocurrido las mejores películas.

El día perfecto fue muy simple, pero nunca se nos fue de la cabeza. Nos reunimos en la tarde en un centro cultural y vimos un documental sobre el desastre de Chernobyl. Enloquecimos en las butacas y soñamos con algún día conseguir unos trajes especiales y caminar juntas entre todos esos bellos y misteriosos lugares abandonados. Luego recorrimos Santiago, comimos en un café y de casualidad llegamos al Normandie y entramos a ver una película sobre el psicoanalista Jung y el amor de su vida: Sabina. No sabíamos que tan buena sería, pero si tocaba el tema de la locura, teníamos que verla. La vimos, enloquecimos, lloramos y salimos de la sala de cine con la sensación de que la vida era maravillosa. Saltabamos y cantabamos por la oscuras calles de Santiago y a cada segundo nos decíamos: ¿Te fijas como nadie en el mundo sería capaz de sentirse como nosotras nos sentimos ahora?. Luego fuimos al supermercado, compramos las mejores delicias que encontramos y llegamos a mi casa, armando un banquete descomunal. Planeamos fumar marihuana, pero el único papel que había era el de la Biblia, y como dentro de ambas siempre existe el deseo de ser monjas, nos dio cargo de conciencia y lo desechamos.
Conversamos toda la noche, nos reímos como nunca y nos sentimos las personas más afortunadas del mundo por tenernos la una a la otra. Imaginamos como serían nuestros días cuando tuvieramos hijos y nos juntaramos los domingos a conversar de la vida mientras los niños se bañaban en una pequeña piscina. También juramos obligar a nuestros futuros maridos que se convirtieran en mejores amigos e hicieran asados todos los viernes.

Hay días en que me siento poco inteligente y poco talentosa, pero siempre aparece ella y me dice que soy la más brillante de todas. Cuando sufro por amor ella enloquece de rabia y dice que no entiende como alguien puede ser capáz de hacer llorar a la mejor mujer del universo. Yo pienso lo mismo sobre ella: que es la mejor, la más genial, la más divertida y la más inteligente.

También pienso que la vida nunca nos va separar, y como nos gusta tanto el cine, logramos imaginarlo y sentir que es real. 

Cuando hago listas de las personas que más quiero en el mundo ella siempre está. Siempre va estar. Apuesto mi vida a eso.


3 comentarios:

  1. Qué bonito! Son muy afortunadas de tenerse la una a la otra, sobre todo en un mundo donde la gente ha perdido valores como la amistad, lealtad y pocos pueden amar tanto a alguien como para sentir propias sus penas o alegrías. Me alegra mucho saber que aún existen relaciones así, indestructibles... como que uno recobra la fe en la humanidad jajaja. Sigo tu blog sin embargo creo que jamás había comentado, pero esta entrada me pareció demasiado linda y no me resistí :)

    Un beso,
    Dany.

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  2. Hermosa la forma como escribes, y la valentía para enfrentar el mundo a través de tus escrito, eres talentosa Vivi, siempre lo he creído, y cada vez que encuentro algo escrito por ti, le leo y me transporto a otro mundo. Te invito a Sewel y Hamberstone, también me siento atraída a ciudades abandonadas. Un abrazo. Eve.

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  3. Vivi!!!!

    Que bonito como te refieres a la Jo, esas amistades nunca hay que perderlas, son lo mas bonito que uno tiene en la vida, son los hermanos elegidos. Un abrazo hermana franciscana :)

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